viernes, 25 de mayo de 2007
Ahora veo que nunca terminé de completar en este blog las descripciones de las tremendas sensaciones que se viven aquí, saturando los sentidos y buscando nuevos por. Ni falta que hace, hay que venir aquí.
Y que no se entienda que este es un mundo perfecto, lo es como cualquier otro en el mundo, si lo vas a vivir como se vive aquí. En nuestra experiencia hemos visto suciedad, desigualdad, discriminación, sufrimiento, indiferencia, etc… y miseria. Y la gente, es condenadamente sencilla e intensa, y cuando se muere, que suele ser temprano, lo hace con la mejor sonrisa de satisfacción.
Recta final
Amanece en Pondy
También hicimos tres presentaciones a los pueblos de esudio al final para mostrarles los resultados de nuestro proyecto, y agradecerles todo este tiempo que nos han dedicado. Fueron muy exitosas en público, sobretodo porque aportábamos refrescos y snaks, pero también nos quedó un buen sabor de boca al poder finalizar de esta manera con nuestra gente. Les imprimimos un montón de fotos que habíamos hecho durante el proyecto en las que salían ellos, pero se quejaron porque ellos lo que querían era fotos de nosotros!
Todos buenos y bien atentos
Pero bueno, aparte de las compensaciones futuras por el trabajo, que promete más de una publicación científica, nos hemos autoobligado a tomarnos la última semana en la India de vacaciones, para descansar por fin y visitar un poco esto antes de largarnos. Ya nos estamos arrepintiendo de haber comprado los billetes, porque no hemos terminado na de lo que debíamos de haber hecho para entonces.
Se nos ha ocurrido la romántica idea de ir a la puntísima Sur de la India, Kanyakumeri, donde queremos ver el amanecer y anochecer en el mar. El único proglemilla, ilusos de nosotros, es que ahora es el veranísimo, con temperaturas a la sombra de más de 40 habitualmente, y como te metas debajo del sol te conviertes en humano frito instantáneamente. Además, no hemos encontrado ningún billete de tren ni de autobús hasta allí, aquí el transporte tiene listas de espera de 3 meses, así que tomamos un autobús de 10 horas hasta Madurai, una ciudad a mitad de camino, y ya se verá que pasa a partir de allí. Pero no somos tan merluzos, luego también tenemos pensado ir a las colinas verdes de Kerala, un paisaje fresquito en medio de plantaciones de té, y con pocos turistas. Si acaso el relato de nuestro último viajé vendrá hecho desde España ya, no queda más tiempo!
¡CoLoReS!
Beach boy
Esta es una foto de Elenita de Attur colony (pueblo de intocables en nuestro estudio)
Típico retrete expuesto en mitad de la carretera principal del pueblo con típica cabra deambulante en primer plano
Cultura=Festival!
Una pareja recién casada. Aquí el tío se está partiendo, supongo porque todavía le dura el resacón y no se ha dao cuanta que no le queda un duro.
En la ceremonia a la embarazada, de un aire más familiar que la anterior, se engalona a la mujer con todas las ropas, joyas, flores y adornos posibles, porque se supone que es la última vez en su vida que puede ponerse guapa, o hasta que tenga el siguiente hijo (quizás por eso son tantos aquí). Se hace una cena para todos los comensales, y le bendicen las comadronas a la mujer con cúrcuma, fuego y flores, antes de que se valla a vivir a casa de su madre hasta que de a luz.
Más que una foto de pareja, la cara que ponen vale para el registro de la cárcel.Las fiestas del pueblo consisten sobretodo en un pasacalle por la noche con carruajes tirados por coches o tractores (a veces con cuerdas tiradas por la gente del pueblo) que llevan estatuillas de uno de los tropecientos dioses hindues, siempre cambiantes en apariencia, número, e incluso nombre según la zona, todos llenos de flores y luces de colores estilo navidad, y una procesión de personajes que van haciendo mucho ruido con tambores, trompetas y campanas, y bendiciendo a la gente en la puerta de las casas con cúrcuma, ceniza y fuego. Luego, hacia las 11 de la noche, que eso es como la 1 de la mañana en España, empieza una obra teatral en el descampado principal del pueblo (aquí no tienen pa plazas), en el que los mismos del pueblo (solo hombres) hacen de actores y actrices en una obra que dura hasta que sale el sol, durante unas 7 horas. En ella representan normalmente obras tradicionales que representan mitos hindues, y cantan, bailan, se disfrazan, cuentan chistes, y to. La obra es muy divertida para un visitante, aunque no se entere de na en tamil, sin embargo lo hacen en plan pachanga, es común verles improvisar si no se saben los papeles muy bien, ser interrumpidos por cualquier cosa sin problemas, o tomarse un té en mitad de la actuación.
También un día que estábamos haciendo un reconocimiento en bici de la zona, fuimos de peregrinación hasta una colina misteriosa que se podía vislumbrar desde cualquier parte en nuestros pueblos, y que tenía un pincho en lo alto. Lo que se erigía sobre la colina era un templo que dominaba todo el valle, y que nos llamaba hacia él mediante ondas psicotrocolecocelebrales. Por supuesto, no pudimos resistir la tentación de acudir a su llamada, y debajo de un sol en el cenit del cielo (no olvidemos que esto es el trópico y aquí el sol pasa justo por el centro), pedaleamos como condenaos hasta llegar a la colina. Al pie de la colina había unos restos de un templo abandonado bastante grande, que en realidad era la puerta a las escaleras al templo de arriba. Después de subir 500 escalones, y ver el templo de arriba, que estaba vacío de no ser por un nido de avispones del tamaño de un rinoceronte, nos quedamos un rato admirando las vistas de todo el llanísimo territorio de nuestro proyecto. Cuando nos íbamos a ir, una vocecilla nos llamó, resultó ser un brahamán escondido que vivía allí y no nos habíamos percatado. Nos adentró en el templo e inició un ritual delante de una figura de Vishnú, que era pa bendecidnos con la conocida cúrcuma, ceniza y fuego. Por lo menos no nos atiborró de comida como viene siendo habitual.
Una anécdota más
Aquí el alcoholismo es un problema entre los hombres, las mujeres no beben ni una cerveza ya que estarían condenadas inmediatamente. De vez en cuando nos hemos dado cuenta que al tío que hemos ido a entrevistar está completamente borracho. Pero bueno, se supone que solo dicen verdades. Un día que Pere, Raja (el traductor) y yo tomamos el autobús que iba a otra ciudad a hacer una entrevista, y de la pareja que estaba sentada delante, el hombre de repente se había quedao como dormido y se estaba dando cabezazos contra todo. La mujer lo intento despertar, porque el hombre se caía del asiento, pero no había manera. Ya os podéis imaginar, un autobús auténtico de la India a rebosar, en el que hay espectáculo incluido. La mujer venga a darle tortas al tío, y este que no respondía, hasta le pasaron una botella de agua para que se la echase en plan cubazos por encima. Y el autobús no para claro, que a un tío le de un chungazo no es motivo, yo creo que no existe ningún motivo que pueda parar a un autobús indio en su frenética carrera, quizás solo otro autobús de frente. Bueno, pues yo sujetando al tío mientras la mujer le daba cubazos y na, parecía fiambre si no fuese porque todavía tenía pulso y respiraba. Solución: muy simple, se espera a la siguiente parada y se deja al tío allí y ya está. A ninguno se le pasó por la cabeza ni la más remota idea alternativa. Una vez que lo bajamos a pulso, el autobús arrancó a los 2 segundos, y el asiento donde había desfallecido el tío fue inmediatamente suplantado por otros indios.
Aquí se acaba la historia para cualquier indio, por la tarde ya ni se acordará de este incidente si le preguntan por ello, ni mucho menos se preguntará que le habrá pasao al hombre y si se habrá recuperado. La vida sigue, y disfrútala mientras puedas. A Pere y a mí nos queda el consuelo de que creemos que al tío no le pasó algo demasiado grave, yo me había dado cuenta desde antes que el tipo iba muy bebido cuando se subió al autobús, y le entró un chungazo y se quedó frito, pero que lo único que necesitaba era dormir mucho y luego reviviría, como hemos visto a gente en España.
Amiguetes
El otro día fue año nuevo en el calendario tamil. Fuimos a la reunión anual que hacen para elegir al jefe del pueblo, en el templo, y se armó un pollo tremendo, por algo relacionado con las cuentas del dinero, que no salían, claro. Nos tuvimos que ir de allí, y un hombrecillo que ya conocíamos se empeñó en enseñarnos un lugar donde hacían compost, y venga a enseñarnos y a remover la mierda con gran empeño, sacó gusanos del tamaño de flamenquines, y no exagero. Acto seguido, como es tradición, se fue corriendo a su casa a ofrecernos unas especie de croquetas recién hechas, que traía con su mano recién sacadita del pozo negro ese de vermicultura. Que gracia. Y por supuesto, eso no se puede rechazar. Yo fui rápido y me hice el longuis, pero Elena y Pere lo probaron y… cascaron, por supuesto. Más dolores de barriga a la colección.