miércoles, 28 de febrero de 2007

Espera en Mumbai

Ya desde los primeros momentos se nota que el lema en la India es “no problem” aplicable a todo. Aquí nunca nada es un problema, y todo es posible. Circular por la carretera es como una carrera de un circo romano, a ver quien es el más cafre que tiene más posibilidades de accidente por segundo. Despúes de ver a la gente durmieno en mitad de la calle, fuera de sus casas durante el primer trayecto, no fue menos sorprendente ver que el suelo de la estación de tren victoriana fuese la cama habitual de decenas de familias enteras para pasar la noche. Cientos de personas pasando de un lado para otro entre familias durmiendo, mezcladas con perros tumbados haciendo exactamente lo mismo. No nos queda otra a Elena y a mí que hacer lo mismo en espera que abran las taquillas para comprar el billete de tren a Chennai. Increible: me incorporo y tengo que esquivar un cuervo con pez en la boca con el que apenas puede. Se le ha caído a mi lado. Se le queda mirando desde un poste al lado, y cuando todavía lo estoy intentando asimilar, ha aparecido un hombre corriendo, y ha recuperado del suelo el pescado robado. Indio 1 – Cuervo 0. Una mariposa del tamaño de mi mano agoniza en un último baile en el liso suelo de la estación que los niños utilizan para resbalar.

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