lunes, 2 de abril de 2007

Durante las últimas semanas, lo que yo destacaría es quizás nuestro viaje a Madurai, una ciudad a 11 horas al Sur de aquí, para visitar una ONG. Nos llevaron durante un día a ver sus trabajos en varias comunidades, y tuvimos la oportunidad de entrar en una zona sagrada, bastante escondida, por la que había que andar descalzo, y en la que se encontraba un templo entre los árboles, asociado a un estanque, y defendido por colosales estatuas de caballos, elefantes y guerreros. Por supuesto, nos hincharon de 10 kilos de un arroz pastoso dulce que nos dieron de sus manitas y que no podíamos rechazar, hasta comérnoslo allí mismo.

Los otros días también hemos visitado al presi de otra ONG, esta tenía la sede en Auroville, un pueblo no lejos de Pondicherry. El pueblo este es refugio de un puñado de guiris, que viven en chaletazos superfantásticos, y escampados entre la vegetación. Además son en general pijipis místicos y ecofriendlys, y tienen unos jardines en medio del Auroville, con una explanada gigante y un cacho bola de oro tremendísima, en la que te puedes meter pa meditar a tope, con un pase especial por supuestish.

El resto de ese día nos lo dedicamos a nosotros, que nos lo merecíamos, pues no hemos tenido ni un solo día de descanso desde que llegamos a la India, y estabamos un poco quemados. Nos fuimos un ratillo a la playa, que está llena de casas de pescadores, y sigue siendo salvaje, llena de bichos y animalitos por todas partes. No nos bañamos porque no llevábamos el bañador, y hubiese sido todo un escándalo hacerlo en ropa interior siquiera, sobre todo por Elena, ya que las mujeres se bañan vestidas aquí.

Y los últimos acontecimientos por el pueblo han sido una boda y una ceremonia de embarazo hindú. Las bodas son todo un paripé en el que se invita a todo el pueblo a una ceremonia rollazo de 2 días, y se dejan más pasta en millones de adornos, fuegos artificiales y convite que lo que pueden pagar en 3 vidas. La ceremonia del embarazo es más familiar, y se viste a la embarazada con todos los adornos, maquillajes y joyas que se pueda, porque es la última vez que tiene derecho a ponérselo, o hasta que tenga otro hijo. También se come un montón en la ceremonia, por supuesto.

Y bueno, para terminar, lo último que íbamos a hacer es viajar a Hyderabad, a 18 horas de aquí, a ver a nuestra tutora y preparar un poco la preparación del capítulo de un libro. Se jodió el viaje porque justo hubo una huelga de transportes ese día, y además yo me puse bastante chungo el día anterior, con una fiebre tropical de esas que te dejan KO, y tuvimos que ir un poco de hospitales. Tranquilos, que ya estoy bien, y no era malaria.

Yo pasando calor en plena caminata.


No hay comentarios: